miércoles, 19 de junio de 2013

Ficus Grup 2012 Playlist

El 2012 fue un gran año para el Ficus Grup. Con reuniones semanales y algunas otras fuera de programa, logramos jugar unos 125 títulos distintos. Eso es aproximadamente 1 juego cada 3 días!
 
Finalmente, hicimos un listado en BoardGameGeek para compartir nuestras impresiones, de manera de reducir un poco el caudal de nuestro grupo de correo y que sea más fácil de administrar que el blog. Pueden verla aquí:
 
 
Cómo se logra semejante promedio???
 
Mi enfoque personal es que no hay que dar más por un juego de lo que el juego puede brindar. Hay muchos juegos dando vueltas, y varios de ellos nos demandarán un apostolado para empezar a disfrutarlos. Sin escaparle a los juegos más complejos, el hecho de tener que aprenderme 50 páginas de reglas para sentarme con un juego de 4 horas, tiene que darme alguna garantía de retorno del tiempo invertido en ingentes cantidades de entretenimiento. En el pasado, le dediqué a algunos juegos mucho más tiempo del que se merecían (te estoy mirando Arkham Horror).
 
Hay muchos juegos que requieren una gran inversión de tiempo y lo ameritan. Bien poseen una profundidad asombrosa (Go) o generan una dinámica de juego única (Bridge). Esos casos son realmente especiales. Muchas veces (en especial en wargames y juegos temáticos) el "cromo" viene a vestir de seda un desafío inexistente. Afortunadamente, el criterio común del grupo nos ha ayudado a reconocer esos clavos a tiempo y a filtrarlos de nuestras sesiones.
 
Por otro lado, realmente hemos jugado de todo. Creo que la mención del ridículo se la lleva el "Martinis & Men", pero otros han competido de cerca por el premio. De casi cualquier juego se puede aprender sobre diseño, aunque más no sea encontrando las deficiencias del mismo. Así que el grupo ha sabido acoger las más variadas sugerencias.
 
Muchos de los juegos en nuestra lista entran en la categoría de "fillers" (juegos cortos) o de "party-games" (juegos simples para grupos casuales). Esto los hace muy accesibles, porque en general se pueden desplegar y explicar las reglas en 2 minutos, y las partidas tardan una media hora. Estoy convencido que un aficionado a los juegos, por más experimentado que sea, nunca debería desligarse de los juegos más simples. Es igual de difícil armar un juego genial con nada, que armar uno disponiendo de todos los componentes que uno pueda soñar. Un buen juego sencillo, rápido y de reglas elegantes, te hace recordar esos valiosos elementos que pueden hacer milagros si están bien aprovechados.
 
Otra ventaja a la hora de probar distintos títulos, es la menor cantidad de jugadores que requieren los juegos actuales. Frecuentemente, hemos dividido el grupo en dos mesas, y eso permite que cada uno se siente frente al juego que más le llama la atención o va con su gusto. Era rara la sesión en la que cada uno no participara de 3 o 4 partidas distintas.
 
Finalmente, creo que tener ya alguna experiencia ayuda a rescatar de cada título sus aportes más valiosos sin necesidad de jugar tantas partidas. En esencia, estás descubriendo qué mecánicas de qué juego el diseñador combinó y de qué forma, para lograr tal o cuál dinámica o experiencia de juego. A la hora de diseñar, tener en la mente una librería de recursos de referencia es tan importante como los ingredientes para la buena cocina. Ver cuál es el concepto que el diseñador quiso plasmar, de qué mecánicas se valió para ello y hasta qué punto logró la ambientación y dinámica de juego pretendida es en mi opinión el análisis más importante que uno puede hacer de un diseño. Después puede gustarte o no, pero el juego quería ser esto, lo logró? Ahí está la cuestión.
 
Bueno, ya se me hizo un poco largo. Voy a dejar picando la idea de que Mythgard se haga cargo de postear la Playlist del 2013. Todos son bienvenidos a dejar su comentario aquí, o en la lista de BoardGameGeek (hay que tener un usuario, el sitio es gratuito). Si algún juego les llama la atención pero no están seguros de algo, tal vez podamos aportar alguna impresión que ayude a decidir :)

jueves, 1 de noviembre de 2012

SuperBardo Espacial: X-Wing Minis + Nexus Ops

Llegue a las 7:30pm a lo de Ale y inmediatamente se dio charla y salió probar el X-Wing Miniatures. Ale me decía que los chicos llegarían antes que terminemos, lo cual no fue del todo errado.


Se repartieron bandos:

Edu, con el Imperio y dos Tie Fighters a su disposición, piloteados por dos pilotos avanzados de la Academia: uno, el mejor tirador del Imperio, y otro, el más determinado de los suboficiales.

Ale, con la Alianza Rebelde, con Luke Trotacielos y su fiel amigo R2D2. Se olvidó los torpedos de protones en la otra nave, así que sólo tenia su habilidad de esquivar golpes de manera formidable y las habilidades de reparación de R2D2 (vimos que están muy buenas).

La batalla comenzó frontal, literalmente hablando, todas las naves avanzaron el máximo hacia adelante y se dieron murra mal. Evidentemente, Luke Trotamundos con sus habilidades logró impactar dos veces a uno de los Tie Fighters, atontando a su piloto de por vida, paso de Mike "Hawkeye" a Mike "InjuredEye". Aprovechando que Luke le estaba dando murra a su compañero, Joe "Insanity Later" persiguió al X-Wing por detrás y logró con mucho éxito… no hacerle daño; y cuando lo logra… le baja unos escudos que R2D2 le reparaba en segundos.


Después de una buena cantidad de disparos, Mike "InjuredEye" se cruza por error con los rayos rojos de Luke Trotacalles y cae (si cabe la expresión en el Espacio), dejando a Joe solo. Este se manda en un ataque suicida contra Luke y logra con mucho éxito… ser un suicida.

En el intermedio de la partida llego Pablo dando consejos técnicos a los pilotos y luego de rechazar el pilotaje de uno de los Tie Fighters (obviamente sabía qué bando iba a ganar y decidió evitar la deshonra).

Al terminar la partida llegó Will, ofreciendo un Munchkin disfrazado, el cual estuvo divertido hasta que se volvió un Fluxx, comencé a sospechar que el juego tenía algo raro cuando terminamos bailando la macarena con dos margaritas en cada mano.


Bueno, luego de tomarnos los margaritas se decidió jugar Rodar por los Años. El juego comenzó tranquilo y desde temprano los jugadores se pusieron Medicina para evitar el contagio de los otros. El juego terminó rápido con la victoria de Will y en ese momento se decidió jugar un Nexus Ops.

No hay mucha historia que contar acá, salvo que todos se atacaron entre si sin piedad y se aprovecharon entradas en la defensa en todo momento. Hubo varios ataques que sorprendieron, como los dos humanos en diferentes tiles que derrotaron a los Rock Striders. Se debe hacer mención especial al Rubium Dragon de Ale, que se mantuvo todo el juego haciendo destrozos e impuso miedo.


Nunca lo había jugado así que tengo que mencionar qué tal me pareció: El juego me gustó. Obviamente, el juego es re trash con estrategia, y obviamente, tu estrategia puede ser la mejor pero sos la puta de los dados y si estos no te ayudan, no ganás. Por supuesto, me esperaba que mucho dependiera de los dados y lo jugué con ese pensamiento, así que lo disfruté. La partida estuvo muy peleada entre Fede y yo, aunque Ale se estaba preparando para un final assault que si no terminaba el juego yo antes, creo que nos pasaba por arriba. Sin ir más lejos, su Dragón estaba muy cerca de mi base y todas las zonas de Pepe y mías estaban re desprotegidas.

Es el tipo de juego que te deja muchos comentarios de "Y si hubiese hecho esto, hubiera ganado…" "Y si me salía bien esa tirada ganaba…" "Y si hubiese hecho tal cosa vos no ganabas…" "Y si hubiese hecho tal tirada mejor, evitaba que ganases…", pero si uno ve con esa perspectiva el juego (que los dados definen mucho) el juego es muy divertido. Debo señalar que me gusta la parte que si vencés completamente al oponente en un lugar ganas puntos, ya que evita que el juego tarde mucho.


Anécdota interesante la de Will que se hizo una "Quest" para descubrir el churro y la media luna perfecta, recorriendo panaderías de los alrededores. Me recordó la Quest pendiente que tengo con unos amigos, de probar la hamburguesa perfecta (esto surgido de un artículo acerca de las mejores hamburguesas de Buenos Aires).

Bueno, esto fue Ficus Grup para PC... y espero que les haya gustado... CHAU!

viernes, 26 de octubre de 2012

Doom - Ficus Style

 
- Acaba con eso Kentucky! – protestaba el Sargento, como siempre, en un tono demasiado alto para la concentración de Cráneo (no recuerdo su nombre) que en ese momento leía atentamente las advertencias impresas en una caja de municiones. Un tipo escalofriantemente raro.
Kentucky volteó hacia mí con una sonrisa cómplice, como si hubiera logrado su objetivo del día. Era el único que podía soportar el tedio del Espacio, mascando tabaco y escupiéndolo siempre en dirección al Sargento, a veces peligrosamente cerca de las enormes botas azules de titanio de su traje.
Su actitud relajada era un tanto exasperarte, pero no dejaba de ser lo único que tenía sentido en este endemoniado agujero en el infierno helado de Marte. Después de todo, le estaban pagando suficiente como para cancelar la hipoteca de la granja de su madre cada día que pasaba no haciendo nada. No parecía un mal negocio para un simple granjero que su única experiencia de combate había sido defender su granja del ataque de unos forajidos, aniquilándolos uno por uno con un hacha, una horquilla, sus manos, sus dientes, y conduciendo una cosechadora sobre los que finalmente huían.
Yo no podía dejar de mirar el pasillo vacío que se extendía al final de la habitación, con esa iluminación lúgubre que caracterizaba todo aquí. Creo que en las dos semanas que llevábamos “custodiando” – por decir que hacíamos algo – este laboratorio, no había podido relajarme ni un segundo. Había algo que simplemente no cuadraba en la situación. Había demasiadas armas en el complejo, y demasiados soldados, como para que lo peor que pudiéramos tener que enfrentar era un científico escuálido con un espontáneo ataque de histeria asesina (que en paz descanse).
- Maldita sea Kentucky! – volvía a gritar el Sargento, justo cuando se produjo el apagón general y comenzó a sonar estridente la alarma. Las mortecinas luces de emergencia del complejo se encendieron y unas sirenas rojas comenzaban a girar, sumergiendo todo en un abismo de destellos que parecían teñir todo de sangre.
Cráneo inmediatamente corrió hacia el armario del fondo y empezó a arrojar el equipo hacia cada uno de nosotros. El Sargento gritaba por la radio, pero sin duda el Comandante debía estar escuchando el eco de sus alaridos por el pasillo.
- Al Casino de Oficiales! – volvía a gritar – Soldados! Carrera Mar! Mar! Mar!
Al llegar al Casino de Oficiales nos dispusimos con Kentucky a ambos lados de la puerta, cubriendo el pasillo con armas en mano. Ninguno estaba todavía tan agitado como para olvidar el estúpido protocolo. Éramos soldados, y no teníamos acceso a esa área.
El Comandante parecía muy perturbado, y le espetaba órdenes al Sargento con gestos impetuosos. Cráneo recorría con el dedo un plano de evacuación en la pared. Esto no podían ser buenas noticias… luego los disparos.
Kentucky se había adentrado unos pasos en el sombrío pasillo y ahora vaciaba el cargador de su pistola mientras se volteaba a gritar mi nombre. Algo venía flotando rápidamente hacia él, como una serpiente voladora más oscura que la propia oscuridad que la rodeaba. El reflejo fue instintivo y la primera ráfaga de mi arma salió escupida en un segundo, desintegrando el rostro de la criatura con cuatro balas de magnesio.
Inmediatamente otra criatura se abalanzó sobre él, como buscando morderle la cara. ¿Otro científico loco? ¿Qué demonios estaba pasando? El grito de Kentucky cuando el lunático le mordió la nariz me volvió a la realidad y sus sesos se desparramaron en la pared con otra ráfaga certera. Kentucky me miraba pasmado. Todavía tenía prendidos en la nariz los dientes del tipo al que le acababa de volar la cabeza.
El Sargento y Cráneo pasaron corriendo a los saltos, ignorándonos como si nada hubiese sucedido. Me acerqué a Kentucky para ver si ese líquido turbio que lo empapaba era su sangre o la de las criaturas. Estaba conmocionado. Ni siquiera pude ver qué fue lo que me atacó.
 
 
Desde el piso luchaba frenéticamente con los inmensos dientes corroídos que buscaban hincarse en mi cuello. Luego el monstruo pareció salir volando por el aire hasta estrellarse contra la pared, propulsado por la bota de titanio de Kentucky al grito de “Jueeera cuzcoemier!!!” antes de ser piadosamente rematado de tres tiros.
 
Corrimos por el pasillo hasta la enorme compuerta naranja que daba al área de Depósito. El Sargento nos recibió a los gritos, diciéndome que fuera a la Barraca a buscar algo con qué vendarme las heridas. Hasta ese momento, ni había notado que la herida que sentía en las costillas me estaba desangrando. Ahora que la veía, comenzaba a arderme terriblemente.
- Listo! – gritó Cráneo cuando logró abrir la compuerta. Aún cuando me alejaba pude darme cuenta que lo que vieron no era bueno para nada. El Sargento les ordenó mantener la posición mientras volvía en busca de más armas al Casino de Oficiales. 
Me moví lo más rápido que pude. Separarse de su grupo nunca es buena idea para un soldado. Avanzaba disparándole a las sombras como poseído por el terror. A veces podía escuchar un ser vivo desintegrarse tras mis ráfagas, pero no iba a perder ni un segundo en averiguar de qué se trataba.
 
Dos minutos y dos cargadores después estaba de vuelta. El Sargento había vuelto cargando un arsenal, y ahora disparaba contra unas criaturas que lo perseguían. La enorme compuerta naranja estaba ahora cerrada, y podía escuchar los gritos de Kentucky del otro lado, maldiciendo y disparando desesperadamente.
- Abre la maldita compuerta! – le gritaba a Cráneo. Pero él permanecía impasible mirando fijamente los controles. Por un segundo dudé si estaría intentando descifrar cómo abrirla, o estaría esperando que finalmente se apagaran los gritos desde el otro lado. Finalmente tocó una combinación de números y escuché despresurizarse el portal.
Kentucky se arrojó de vuelta donde estábamos, luchando con una especie de araña gigante que se había prendido de su brazo. No tardó en aplastarla con el mismo peso de su voluminoso cuerpo y la solidez de su coraza metálica.
 
 
El pasillo al frente estaba inundado de formas irreconocibles que se movían hacia nosotros. Unas llamaradas y voleas de plasma los precedían. Abrí fuego contra todo, pero siempre parecía haber más. Estaba listo para avanzar, pero no iba a cruzar esa compuerta hasta asegurarme que Cráneo también lo haría.
- Cuerpo a tierra! – resonó la voz del Sargento por sobre la brutal balacera. Apenas a tiempo atiné a ver las granadas volar por sobre nuestras cabezas y me arrojé al suelo.
Las explosiones me dejaron aturdido no sé por cuanto tiempo. Cuando pude levantar la vista, descubrí una enorme criatura, desintegrándose en el suelo, envuelto en una furiosa hoguera azul, y dejando tras de sí un ensordecedor aullido sobrenatural. Qué demonios era eso?
- Arriba Soldado! – me volvió el Sargento a la realidad, “ayudándome” a incorporarme a las patadas – Arriba! Mar! Mar! Mar!
Avanzábamos disparando ráfaga tras ráfaga; viendo aparecer estos engendros uno tras otro, y despedazándolos como pudiéramos. Kentucky ya no tenía municiones y utilizaba su rifle como un pesado garrote, con efectos tanto o más letales que cuando disparaba con él. Nos acercábamos al Depósito ya no como humanos, sino como mortíferos autómatas de destrucción. Nada parecía sobrevivir a nuestro paso. La sed de sangre, o lo que fuera que recorría los cuerpos de esas bestias, nos embriagaba. Al entrar al Depósito, ya sólo ansiaba ver qué maldito engendro del demonio tendría el placer de volver al noveno infierno a lamerse las heridas de su encuentro conmigo.
 
 
Allí estaba. Gigante. Horrible. Detrás de unos contenedores, alzaba sus dos enormes brazos en forma de cañones, rodeados de un campo de rayos azules que hacía saltar una nube de chispas al acercarse al techo metálico. Mi cuerpo se congeló en posición de fuego y hundí el gatillo dispuesto a que fuera lo último que haría en esta vida. Se que algo explotó detrás de mí, y que una motosierra flageló algo casi junto a mi oído. Pero nada importaba. Seguiría disparando certeramente a la cabeza de esa cosa pasara lo que pasara.
Todo un cargador de mi rifle y unos segundos después, el titán infernal se desplomaba con un centenar de orificios de balas de magnesio enriquecido en su cuerpo, aplastando los contenedores bajo su peso colosal.
Todos corrieron hacia la exclusa de evacuación, pero apenas podía avanzar arrastrando los pies. Todavía no entendía qué había pasado.
Un estruendo finalmente me quitó de mi sopor. Las cajas se desplomaban desde el otro extremo del Depósito. Un nuevo demonio cargaba ciegamente hacia mí. Volví a emprender la carrera y logré saltar justo detrás de una pared cuando el engendro intentó atraparme. Una última ráfaga de mi pistola le dejaría las marcas de nuestro encuentro como recuerdo hasta la próxima vez.
Me arrojé dentro de la exclusa de evacuación, que se cerró antes que pudiera volverme a mirar. Cráneo estaba junto a ella con la mano en el interruptor. Del otro lado, Kentucky y el Sargento todavía mantenían sus pistolas en alto.
Saltamos a afirmarnos a los asientos en silencio, mientras la cápsula comenzó a ascender acelerando cada vez más. Habíamos sobrevivido al infierno…